jueves, 11 de enero de 2007

¿DÓNDE ESTÁ EL LÍMITE EN LOS PROGRAMAS DE T.V.?


He encontrado en un diario nacional, concretamente en el País, una noticia que me ha llamado la atención. "La Audencia de Cantabria ha dictaminado una sentencia donde responsabiliza a las televisiones de lo que declaren los espectadores en sus programas".
Desde mi punto de vista, esta sentencia me parece que ha llegado tarde. En el mundo de la televisión ha crecido en los últimos años los denominados porgramas basura. Esos programas que se limitan a escoger a un "famoso" sentarlo alrededor de media docena de "periodistas" o colaboradores del programa y someterle a preguntas un tanto peculiares de su vida privada. Si esto se cortara aquí, opino que pasaría desapercibido pero lo que ocurre realmente es que en estos programas se falta al respeto a las personas que salen en ellos. Insultos, amenazas, incluso agresiones se convierten en el contenido del espacio. Luego, cómo no, nunca faltan las llamadas telefónicas de los llamados "aludidos" que se limitan a responder las fasedades que se han dicho dentro del plató. A continuación, una bronca descomunal se establece entre el aludido y la persona que le ha "insultado" llegando a convertir el programa en un verdadero gallinero. Los "colaboradores" encima increpan con sus preguntas a los presentes para que se "suelten de la lengua" y destapen una gran "exclusiva". Y lo que considero más vergonzoso aún es la franja horaria donde se emiten estos programas: máxima audiencia, sobremesa, por la tarde...
Los perjudicados como siempre los ciudadanos que tenemos que aguantar la pudedumbre que generan estos programas cada día. Lo peor de todo se centra en la ecducación que se les puede estar enseñando a los niños que cambiando de canal vean estas "barbaridades" como si de dibujos animados se tratara.
Aunque lo más sorprendente se encuentra en la audiencia que sigue estos programas basura pasando de los 2.500.000 en muchas ocasiones. Considero que la curiosidad se ha convertido en morbo y que el morbo ha degenarado en falta de respeto tanto para los que trabajan como para los que vemos la televisión. El pasotismo y el egoísmo personalizado se han impuesto al puro programa de "entretenimiento".
Por último, buena culpa de esta situación la tienen los empresarios y jefes de las cadenas porque con estos espacios de más de 4 horas en algunas ocasiones consiguen triplicar sus beneficios y ahorrar costes en vez de colocar otros programas más constructivos en su lugar. Si hubiese más sentencias como la de Cantabria, muchos programas se pensarían dos veces lo que se dice dentro de sus espacios.
BY DANi.
Opinión Libre: ¿ Donde se encuentra el límite de la libertad de expresión?

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