sábado, 16 de junio de 2007

LA SANIDAD PÚBLICA LANGUIDECE

Quizás la decadencia de la tan desprestigiada sanidad madrileña es la poca o nula gestión de su estructura interna. Sí, es decir, lo mejor que se puede hacer es privatizar la gestión interna de los insalud y hospitales, según nos explican los políticos que ahora gobiernan la Comunidad de Madrid, para poder poner a la sanidad madrileña en el lugar en el que corresponde. Esos mismos que nos "hacen" nueve nuevos hospitales, y que en algunos casos no cuentan con todas las especialidades disponibles, o que tienen menos camas de las deseadas, o que el hospital no era el deseado por la mayoría de los vecinos del barrio en particular. Digo esto a modo de introducción porque el otro día "visité" el insalud de mi barrio y me encontré con un retraso de dos horas para entrar en la consulta del médico de cabecera. Dos horas, pero no solamente lo sufrí yo. En la sala unas diez personas esperaban con ansias a que saliera la doctora y proclamara el nombre y apellidos de los allí presentes. Las caras de los ciudadanos eran todo un poema. Una mujer decía: Yo llevo desde las 11:15 y ya son las 12:20 y no me han llamado. Flipante, un retraso de más de una hora y aún le quedaban tres personas por delante. Pero esto no acaba aquí. Por si fuera poco, la doctora que nos atendió ese día se encontraba sustituyendo a la de toda la vida. Esto quiere decir, que si ya son de sobra conocidas las esperas en el médico, con una doctora "suplente" aún más. La mujer al ver la cola de gente que se le avecinaba, se encontraba saturada (lo deduje por la expresión de su cara al abrir la puerta y ver el panaroma que tenia delante). Claro, luego llegan los lamentos del tipo: es que faltan pediatras, faltan radiólogos, médicos de cabecera, etc... Miren, veo normal que los médicos huyan de nuestro sistema sanitario al contemplar la corrupción de unos señores, a los que denomino políticos, que manejan todo el cotarro de las infraestructuras sanitarias para enriquecerse a su costa. Desde mi punto de vista, los políticos se deberían sustituir por los médicos en los puestos de mayor responsabilidad; porque creo que los señores que van con bata blanca entienden más que los que van con traje y corbata. Si encima añadimos al cóctel la sorpresa final, el resultado puede ser "explosivo": el dinero de los madrileños/as va destinado a que unas cuantas manos privadas ejercen control sobre las decisiones de los profesionales sanitarios. Muchas personas aluden a que estos juicios de valor sobre si se privatiza o no la sanidad son nada más que meras tonterías. Recuerdo una frase que dijo nuestra presidenta en un mitin antes de celebrarse las elecciones municipales y autonómicas: La sanidad pública es de los madrileños y para todos los madrileños. Ovbiamente, señora presidenta; eso nadie lo duda. El problema viene cuando uno profundiza en el tema y se pregunta: ¿la sanidad es de todos los madrileños, pero a cambio de qué, señora presidenta? Como la financiación de lo público va decayendo se necesita acuerdos con empresarios para que éstos inflen de dinero las arcas sanitarias; pero a cambio de algo: por ejemplo: ¿influencia?, ¿prestigio?, ¿colocar a gente de confianza en puestos directivos? No lo sé. Nadie tiene la respuesta. Parece que la construcción de los hospitales se asemeja cada día más con la construcción: Hacer edificios, inaugurar la fachada, y lo de dentro dejarlo vacío, o a medio terminar, o medio inaugurado. Se construye un hospital y se va rápido a edificar el siguiente. Como las casas, igualito. Se termina una promoción y se construye otra nueva y más grande si es posible. Eso sí, con los mismos materiales, o de peor calidad incluso.
En estos pensamientos estaba yo inmerso cuando, a las 13:40 la doctora sale de su consulta y recita mi nombre: Por fin, pienso yo. Dos horas esperando, ¿se dice pronto!¿ En las clinicas privadas pasará lo mismo? Sí, pero tendrán tele, un DVD y una butaca de cine para echarse la siesta. Así cualquiera se aburre.
Al salir de la consulta, una señora estaba conversando con una secretaria. Pasé cerca de ellas y escuché: "Señora, mire, no podemos hacer nada, cada vez somos más y las listas de espera están colapsadas". Somos más, tenemos más hospitales, y más dinero. Claro, faltan los medios: enfermeros, médicos, pediatras, celadores... Señores políticos, la casa no se empieza por el tejado, sino por los cimientos.
Lo que bien empieza, bien acaba señores políticos.
BY DANi.

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